De los más de 3.000 kilómetros de calles, caminos y avenidas de Montevideo, la mitad se encuentra en estado "regular" (20%) o "malo" (27%), mientras que la otra parte es "buena" (15%) y "muy buena" (38%), según los datos aportados por la División Vialidad de la IM.
Más de la mitad de las calles son de pavimento de hormigón (54%), otra porción importante es de concreto asfáltico (27%), y el resto de tratamiento artificial o bituminoso (5%), tosca (11%), adoquines (2%) y tierra (1%).
Si se compara con los datos del primer año de la administración de Ricardo Ehrlich (2005-2010) la situación de las calles es prácticamente igual.
Entonces la porción "regular" o "mala" era el 48% y "buena" o "muy buena", el 52%.
En los siguientes años el panorama fue el mismo.
La Intendencia actualiza en forma periódica los datos sobre el estado de las calles. El indicador se mide con base en el material del suelo, la vida útil y sus defectos, como hundimientos o fisuras. Si 20% de los metros cuadrados de una cuadra tiene defectos entra en la categoría "mala".
Los técnicos de la Intendencia Municipal aseguran que mantener la red vial en buen estado demanda "mucho dinero", y reconocen que lo invertido hasta ahora no ha sido suficiente para dar un salto de calidad. Sin embargo, señalan también que muchas veces las urgencias en otras áreas postergan la inversión en vialidad.
Aunque los pozos sean un problema visible para los montevideanos, la Intendencia no los cuantifica. Los que son provocados por empresas públicas (OSE, Antel o UTE) son de su responsabilidad, mientras que el resto recae en la gestión municipal. Un viejo cálculo -nunca confirmado--habla de 50 mil pozos en toda la ciudad.

Los que pagan los servicios piensan de una forma en su inmensa mayoría, pero las organización política que gestiona la ciudad hace lo que quiere.
Luego escuchamos en cada campaña electoral municipal las mismas promesas, el problema de la basura se resuelve el 90 días (Tabare), en 180 días (Erlich), y así continua el carnaval de promesa en promesa, cambian los actores, a otros los maquillan y lo único cierto es que aumentan los impuestos.
Tenemos que cambiar el chip, el asunto no es de ideología, es de gestión.
Montevideo merece y necesita un gobierno para la ciudad que gestione con eficiencia, que afloje la presión tributaria a sus ciudadanos, que brinde servicios eficientes: el A,B,C de la nueva gestión debe ser más alumbrado y en todos los barrios para combatir la inseguridad y no cobijar en la oscuridad de la noche a los delincuentes que asechan a quienes regresan a su hogar después de un día de trabajo; recolección y disposición de la basura eficientemente, con planes zonales acordes a las necesidades, mayores frecuencias de recolección, más mantenimiento de camiones recolectores, camiones lava contenedores y maquinaria, en la actualidad el 100% de los camiones lava contenedores están rotos por falta de mantenimiento y repuestos, un vergüenza y clara demostración de una gestión ineficiente. El tercer tema que debe encarar con mucha fuerza es el referente al estado de las Calles; El próximo presupuesto municipal debería reflejar un fuerte aumento en el rubro obras e inversiones para mejorar la ciudad en forma ostensible.
Hay mucho por hacer, el gobierno de la ciudad debe ser eficiente, el contribuyente, el vecino debe estar antes que los temas ideológicos; El buena administración de los dineros de la ciudad no es de izquierda o derecha, el asunto es de buena o mala gestión.
En unos meses deberemos elegir con nuestro voto que gobierno queremos para Montevideo, apostemos por un cambio hacia la eficiencia, la buena gestión y un presupuesto con obras e inversiones muy necesarias para recuperar la ciudad.
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