
“No estábamos cambiando carne humana por naranjas ni nada por el estilo”
Hace pocos días, sin embargo, derrumbó sus proclamas humanitarias en una conferencia en la ciudad de Córdoba (Argentina), en la que proclamó, suelto de cuerpo: “Para vender unos kilos de naranja a Estados Unidos me tuve que bancar a cinco locos de Guantánamo”.
Algunos de los presos de Guantánamo siguen reclamando ayudas de todo tipo, han pasado días de protesta instalados ante la Embajada de Estados Unidos y han sido acusados de violencia doméstica contra mujeres uruguayas con las que se casaron.
Los uruguayos en su mayoría, asistimos atónitos a las idas y venidas, marchas y contramarchas de este personaje que pasara a la historia como el peor presidente, quien gobernó en tiempos de bonanza y no hizo nada que pueda resaltarse como positivo para el país durante su gestión.
¿A cual Mujica debemos creerle?
Como el camaleón, este individuo, cambia su versión, pretendiendo sacar provecho de cada situación y promoviendo su imagen personal, abre la boca mucho más rápido de lo que procesa su pensamiento.

Hoy más que nunca, hay dichos populares que pintan la situación de este charlatán personaje, "la mentira tiene patas cortas" y " el pez por la boca muere".
El tema es, ¿hasta cuando los uruguayos seguiremos comiéndonos la pastilla con este personaje?
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